

Joaquín y Ana disfrutaban de una posición acomodada, pero no podía tener descendencia.
En una ocasión, Joaquín fue rechazado en el templo, por no tener descendencia, cuando llevaba unas ofrendas.
Dolido y apenado, Joaquín no volvió a su casa, sino que se dirigió a una montaña, donde rogó a Dios que le diera un hijo. Para ello ayunó durante 40 días y 40 noches.
Mientras tanto, Ana, lloraba en casa su dolor.
Entonces un ángel se les apareció simultáneamente, anunciando que sus ruegos habían sido escuchados y que concebirían un hijo.
Ana, agradecida, prometió dedicar al niño al servicio de Dios.
Cuando se cumplieron los nueve meses, dio a luz a una niña a la que llamó Miriam (María). Al cumplir esta los tres años, Joaquín y Ana la llevaron al templo para consagrarla a Dios como habían prometido.
María vivió en el templo hasta que cumplió los 12 años, edad en la que fue entregada a José como esposa.
Fecha de canonización: 1584
Su festividad es el 26 de julio